Atención a la diversidad y necesidades educativas
específicas. Proyecto Papelillos. Algaida
Atender
a la diversidad supone reconocer que cada niño o niña es una persona única e
irrepetible, con su propia historia, afectos, motivaciones, necesidades, intereses,
estilo cognitivo, sexo, etc. Esto exige que la escuela ofrezca respuestas
adecuadas a cada uno. Es necesario que el tutor o tutora, considerando y
respetando las diferencias personales, planifique su trabajo de forma abierta,
diversa, flexible y positiva, para que al llevarse a la práctica, permita
acomodarse a cada persona, potenciando además los diversos tipos de intereses
que aparecen en niños y niñas cuando se centran más en propuestas de uno u otro
tipo: experimentación, comunicación, motórica, expresión…
La atención a la diversidad se ha
de guiar por el principio de favorecer y estimular el bienestar y el desarrollo
de todos los niños y niñas, aprovechando las diferencias individuales
existentes en el aula. Es necesario plantear situaciones didácticas que
respondan a diferentes intereses y niveles de aprendizaje, y permitan trabajar
dentro del aula en pequeños grupos teniendo en cuenta la curiosidad e interés
diferenciado de cada cual.
La concepción de la escuela como
grupo humano conlleva la aceptación de la diversidad de los alumnos y de las
alumnas que, como parte de ella, integran y enriquecen la labor educativa. Esta
aceptación de la diversidad del alumnado supone, por parte de los educadores y
de las educadoras, un análisis y una reflexión sobre su grupo de alumnos y
alumnas, aceptando que cada uno de ellos tiene sus propios intereses,
capacidades, necesidades, motivaciones y estilos de aprendizaje.
A
fin de garantizar la equidad, la nueva Ley de
Educación aborda los grupos de alumnos y de alumnas que requieren una atención
educativa diferente a la ordinaria por presentar alguna necesidad específica de
apoyo educativo y, asimismo, establece los recursos precisos para acometer esta
tarea con el objetivo de lograr su plena
inclusión e integración.
Cuando
hablamos de alumnos y de alumnas con necesidades
educativas específicas, nos referimos a los niños y a las niñas que
proceden de otros países y culturas, a los que poseen altas capacidades
intelectuales y a aquellos con retraso en su desarrollo madurativo bien por la
presencia de una o varias discapacidades o por otros factores de análogos
efectos.
Los
alumnos y las alumnas inmigrantes tienen los mismos derechos y
deberes que los españoles. Se debe facilitar su incorporación al sistema
educativo, ya que pueden desconocer la lengua y la cultura española o presentar
graves carencias en los conocimientos básicos.
Con
los
alumnos y las alumnas superdotados intelectualmente se deben adoptar
las medidas necesarias para identificar y evaluar de forma temprana sus
necesidades. Para ellos es necesario flexibilizar la duración de los distintos
niveles y etapas del sistema educativo, independientemente de la edad que
tengan. En algunos casos, se debe facilitar su escolarización en centros que
puedan prestarle una atención adecuada.
Los
niños y las niñas que requieran determinados apoyos y atenciones educativas
específicas
por padecer discapacidades físicas, psíquicas, sensoriales, o por manifestar
graves trastornos de la personalidad o de conducta, deben tener una atención
especializada con arreglo a los principios de no discriminación y normalización
educativa y con la finalidad de conseguir su integración debemos ofrecer una
adecuada respuesta educativa que se ajuste a las circunstancias y necesidades
que en ellos concurren, pudiendo introducirse medidas de flexibilización de las
distintas etapas. La escolarización de estos alumnos se regirá por los
principios de normalización
e inclusión y asegurará su no
discriminación y la igualdad efectiva.
La
adecuada respuesta educativa a todos los alumnos y las alumnas se concibe a
partir del principio
de inclusión, entendiendo que
únicamente de ese modo se garantiza el desarrollo de todos y todas, se favorece
la equidad y se contribuye a
una mayor cohesión social. La atención a la diversidad es una necesidad que
abarca a todas las etapas educativas y a todos los alumnos y las alumnas; es
decir, se trata de contemplar la diversidad como principio y no como una medida
que corresponde a las necesidades de unos pocos.
El
proyeto
de Educación Infantil, para dar
respuesta a estos alumnos y alumnas, adoptará y utilizará estrategias como:
–
Modificación
del tiempo de los aprendizajes. Las fichas de cada unidad didáctica no presentan
ningún orden de paginación. Así, cada docente podrá trabajarlas en función de
su realidad educativa y de las características individuales de cada uno de sus
alumnos y alumnas.
–
Adecuación
de la ayuda pedagógica.
–
Adecuación
de la metodología: el trabajo individual, en parejas, en pequeño grupo y en
gran grupo posibilita secuencias educativas en las que el aprendizaje tiene
carácter cooperativo, resultando beneficioso para todos, a la vez que
posibilita el acceso a las zonas de desarrollo próximo.
–
Adecuación
de las actividades a las diferencias individuales de los alumnos y de las alumnas.
Por
tanto, se realizarán actividades que refuercen los aprendizajes de unos y que
amplíen los de otros. Hay que destacar también la amplia propuesta de
actividades en cada una de las páginas dedicadas a la explotación de cada
ficha, lo que amplía el abanico de posibilidades de intervenir a la hora de
abordar cada contenido concreto y específico. Los educadores y las educadoras
podrán seleccionar las actividades de refuerzo o ampliación que estimen
convenientes para sus alumnos y alumnas.
Es necesario desarrollar un currículo capaz de
adaptarse a las necesidades individuales de los alumnos y de las alumnas, y
tiene muy presente la atención a la diversidad en sus materiales curriculares.
El
material del alumno y de la alumna, por su diseño y su carácter abierto y
flexible, permite que una misma actividad se realice de distintas formas según
las diferencias individuales. Además, el proyecto incluye una
unidad para trabajar un poco más en el segundo
trimestre para 3 años, dos unidades en el segundo y tercer trimestre para 4
años y tres
unidades de contenidos de lectoescritura y matemáticas
para
los tres trimestres de 5 años.
Se presentan también un gran
número de recursos didácticos para el desarrollo del lenguaje, actividades
relacionadas con el ámbito musical y que, en todo momento, se requiere y
precisa la colaboración de la familia como complemento a la atención a la
diversidad.
Por
último, para conseguir una oferta educativa de calidad, en particular para los
alumnos y las alumnas con necesidades educativas específicas, los profesores y
las profesoras de la Educación Infantil colaborarán con los profesionales
especializados necesarios, con el fin de introducir las
adaptaciones adecuadas para la
atención de estos alumnos. Estas adaptaciones pueden ser no significativas
si
afectan a determinados elementos del currículo (metodología, actividades,
evaluación), pero no modifican los objetivos; y significativas, si afectan a los
elementos básicos de la programación del nivel de la Educación Infantil.
Actividades complementarias
Las
actividades complementarias se integran en la programación didáctica porque
contribuyen a desarrollar los objetivos y contenidos del currículo. Contribuyen
a conseguir una escuela más atractiva para todos los miembros de la comunidad
educativa, a incrementar el interés por aprender del alumnado y facilitan la
generalización de los aprendizajes tanto dentro como fuera del contexto
escolar. Son actividades que van a permitir a los niños y a las niñas
establecer relaciones directas con su grupo de clase, con otros grupos, con el
entorno (su barrio, lugares de ocio, parques, seres vivos...). A través de
ellas, los menores van a ir afianzando poco a poco el sentido de pertenencia y,
además, van a favorecer la creación de actitudes tan positivas como el interés,
la curiosidad, el respeto, la solidaridad, etcétera.
El proyecto de Educación Infantil debe
incluir recursos para que los pequeños y las pequeñas complementen el
proceso de enseñanza-aprendizaje a través de una serie de fichas fotocopiables
que el docente utilizará para ampliar o reforzar según crea necesario. Además,
en cada una de las fichas de las unidades didácticas, se proponen actividades
para realizar en grupo, salidas, visitas culturales guiadas, dramatizaciones,
realización de talleres y rincones, actividades psicomotrices, musicales… También
a través de los materiales para el aula, se va a favorecer el uso colectivo con
el fin de que contribuyan al desarrollo social, ya que proporcionan ocasiones
para compartir, para ayudar y colaborar y para ponerse en el punto de vista de
los otros
No hay comentarios:
Publicar un comentario